viernes, 3 de septiembre de 2010

Ratones en el alma, 22 de julio de 2010. Camino a Bogotá.


El alma tiene un agujero para los ratones.
Ellos mismos lo construyeron con sus dientecitos níveos.
El alma deja escapar suspiros por ese hueco.
A veces deja salir sus tripas.
Eso sucede cuando tiene diarrea.

En el alma se almacenan como granos el dolor y la vida,
Como vino, los recuerdos y las esperanzas.

Los granos sirven como alimento y el vino como bebida.
En abundancia, son indigestión y borrachera.
La indigestión es dolor de estómago, baile de las vísceras;
La borrachera es la modorra de los sentidos.
No hay tonto más existencial y patético que,
Quien se lanza a la muerte, lleno y embriagado.

En el alma hay calor para los roedores del pasado
Y caricias para sus uñas trajinadas en el tiempo.

El calor no lo produce el fuego de la madera,
Se origina con el roce de las pieles velludas y grasientas.
Las caricias no son de una mano tierna,
Son pequeñas heridas que curan del miedo.

En el alma hay pulgas paseando con coronas de sangre.
También hay pelos sueltos volando hasta los rincones.