
Las lágrimas también recuerdan,
por eso, a veces, lloran.
Ellas agitan su sal en las mareas de la historia.
Guardan un silencio repleto de verdades.
El presente es un anciano piadoso,
el pasado, una indígena de brazos fuertes,
y el futuro, un águila que rompe con sus garras el dique de la vida.
Caducidad y eternidad se fusionan en el único y estable ahora,
siempre antiguo y siempre nuevo.
Por eso, cuando lloro recuerdo mares salitres,
y la sal cura mis heridas.
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